La playa de la zona norte de la desembocadura del río Segura, en Guardamar, ha perdido en los últimos 55 años entre 60 y 70 metros de anchura, según revela un estudio elaborado por un científico del Instituto de Ecología Litoral de El Campello. Esta pérdida de superficie supone, a lo largo de 1.700 metros de playa, una disminución de un área de 90.300 metros cuadrados. El trabajo realizado por Joaquín Martínez Vidal, científico del área de investigación marina del citado instituto, refleja que en esta playa ha habido un retroceso del límite del cordón dunar de hasta 70 metros.
El estudio, realizado en colaboración con la Obra Social Caja Madrid, analiza la erosión costera en las playas más representativas de la provincia y su objetivo ha sido implantar un primer sistema de monitorización ambiental para establecer un punto de partida en este tipo de información hasta ahora inexistente. Entre las acciones del proyecto destaca la creación de una red de estaciones meteorológicas, que recogen este tipo de datos en la primera línea de costa de Benidorm, Muchavista-San Juan y la isla de Tabarca.
El estudio ha revelado también que el tramo de costa correspondiente al norte de la playa de Babilonia (Guardamar) ha perdido desde 1989 una media de 15-20 metros de anchura, con una superficie aproximada de 72.500 metros cuadrados. El principal problema de esta zona, según el informe, es que el oleaje penetra con facilidad tierra adentro, lo que provoca el derrumbe de muchas casas situadas en el cordón dunar. El origen del problema puede encontrarse en las alteraciones del cauce del río Segura, que provoca una reducción del aporte de sedimentos al mar y consecuentemente a las playas. Asimismo, el estudio subraya que la ocupación del cordón dunar, al sur de la desembocadura, impide la recirculación de arenas entre las dunas y la playa, favoreciendo la erosión por el impacto del oleaje. Además, la configuración del espigón de la desembocadura del Segura supone una discontinuidad que altera el transporte longitudinal de sedimentos en dirección norte-sur (dominante) y sur-norte, provocado por el oleaje.
Otra de las causas de la problemática puede deberse a que la reducción de caudal del Segura favorece la intrusión del mar en el cauce del río, y con ella el transporte de sedimentos marinos aguas arriba, perdiéndolos a su vez las playas de la zona. Por su parte, la parte sur de la playa de Guardamar donde se desarrolla el cordón dunar, que permite el intercambio de arenas entre la reservas sedimentarias de las dunas y la playa, se ha mantenido prácticamente sin cambios durante los últimos 55 años.
martes, 9 de agosto de 2011
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