El Centro de Investigaciones Marinas de Santa Pola (Cimar) acogió ayer una jornada sobre el futuro de la acuicultura que sirvió a investigadores y productores para poner en común sus ideas y establecer pautas que aseguren el desarrollo de un sector que, según las conclusiones de los expertos, se vislumbra prometedor en la Comunidad Valenciana.
El acto estuvo organizado por la Asociación de Acuicultores de la Bahía de Guardamar (ACUMAR) en colaboración con el departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la Universidad de Alicante, y contó con la asistencia de 45 profesionales de centros tecnológicos, institutos de investigación, universidades, empresas productoras y de la Red de Innovación en Industrias Acuícolas de la Comunidad Valenciana.
Los expertos coincidieron en destacar la gran apuesta que supone esta actividad para la obtención de alimentos del mar, siempre de manera sostenible, lo que vendría avalado por una investigación continua en la materia, fruto de la colaboración entre productores e investigadores.
En la provincia existen granjas destinadas a la acuicultura en diversas poblaciones. Un ejemplo es la dedicada al cultivo de ostras en Santa Pola. Y a ellas se unen otras ubicadas en localidades como Guardamar, Altea, Villajoyosa y El Campello.
El gerente de la Red de Innovación en Industrias Acuícolas de la Comunidad, Ignacio Martínez, explicó que la región es una de las principales productoras de lubina y dorada de toda España. Y a ello se une que hay "muy buenas universidades y muchos recursos destinados a la investigación y al desarrollo de esta actividad, que es el futuro de la alimentación". En este sentido, recordó que "según la FAO, en 20 años tenemos que duplicar los alimentos necesarios para el planeta. Lo más indicado es pensar que debemos sacar estos recursos del mar, pero sin cometer errores, de una manera sostenible".
En el mismo sentido, el profesor del departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada Pablo Sánchez Jerez señaló que la situación actual del sector "aún siendo delicada por la crisis económica, tiene buenas posibilidades de ser una actividad competitiva, y eso pasa por la investigación, por unos planes de sostenibilidad, y por buscar mejoras en las especies que ya tenemos, como la dorada y la lubina, o en otras emergentes, como la corbina y la seriola, que tendrán un buen mercado".
Por otro lado, el director del grupo de Acuicultura y Biodiversidad de la Universidad Politécnica de Valencia, Miquel Jover destacó la importancia de mejorar el sistema de comercialización. "El producto tiene que ser valorado por el consumidor, por lo que habría que darle valor añadido. La gente tiene que ser consciente de que el producto de la acuicultura es de mucha calidad", y habría que distinguirlo de otros, con otros orígenes que no tienen la misma frescura y características, explicó.
Una producción compatible con la pesca tradicional
Los expertos coinciden en señalar que la acuicultura no compite con la pesca tradicional e incluso hay situaciones en las que acoge mano de obra que pierde el sector pesquero. Ignacio Martínez explicó que la pesca extractiva tiene unos límites y la gente tiene que asumir que la acuicultura "consigue servir en la mesa cosas que no se podría con la pesca tradicional". En el mismo sentido, Pablo Sánchez Jerez recordó que "la pesca tiene otros problemas que no se van a solucionar porque aparezca o desaparezca la acuicultura, como son los de la importación de pescado congelado y la subida del combustible", principalmente.
Diario Informacion 30/05/09
sábado, 30 de mayo de 2009
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